Hace calor, mucho calor.
Te miro; y eres irresistible,
(diabólica tentación).
Eres mi dulce objeto de deseo
y anhelo tenerte entre mis manos
ansiosas, poderosas y limpias.
Ahora que eres mío, tengo que comerte
y quisiera hacerlo de golpe
pero no puedo;
con mi lengua, delimito tus fronteras
y tomo posesión de tus dominios.
Se apacigua el calor y se derrama
la mas deliciosa sensación entre mis labios.
¡Oh Dios! La limpieza primigenia de mi boca
sido barrida por los deseados churretes
del helado de chocolate.
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