viernes, 21 de octubre de 2011

PENSAMIENTOS INSOSPECHADOS por Maribel Cano

Relaja su cuerpo, y se regodea ante el espectáculo de la proximidad que la observa desde su misterioso silencio deseando premiarla.
Tras la seducción, huele su olor complacida y, se extasía con el paladeo de una exquisita y maravillosa textura que le hace cosquillas al atravesar su garganta.  
“¿A qué sabe?” Se pregunta.
“Sabe a él” -se responde tras consumar el encuentro.
No le importa el pecado del que responderá ante su balanza de culpas.
Lo disfruta y lo saborea hasta sentirlo en sus intimidades recónditas.
El beso compartido.
El sorbo cálido.
  El placer imparable.
La humedad apacible.
El gozo punzante.
La emulsión refrescante y necesaria.
Y la dulzura, ola que cae, se hunde, se levanta, explota y, se expande por todo su ser.
Y luego, más paladeo, más deseo, más quiero y no debo…
Cierra los ojos y, cuando los abre, en la esquina cercana de la heladería, cruza su mirada con la de alguien, ausente y extraño, en el que no había reparado antes.
Mira su copa de helado de pasas con wisky y aparece vacía.
Sabor de helado. Sueños fingidos. Pensamientos insospechados.   

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